Una de las principales características
que define a la gran mayoría de los traductores profesionales es que somos
tremendamente perfeccionistas. Y sin duda, si existe algo que nos disguste
sobremanera es que resalten nuestros errores. Por ello me gustaría utilizar este
artículo para analizar los más comunes que desde mis inicios como traductor
vengo observando, y tal vez, sirva para ayudar a que los traductores noveles o menos experimentados eviten caer en alguno de estos errores. Espero de todo corazón que os pueda
ayudar.
Los 6 errores de un traductor novato más repetidos son:

1. Realizar traducciones sin haberse dado de alta como autónomos.
Este es un error muy típico cuando los traductores están iniciando
su periplo. En este punto, algunos de los que se quejan del intrusismo laboral
existente y de las personas "no autorizadas" para realizar
traducciones, no están cumpliendo con la legalidad.
Entonces... ¿Qué es más profesional? ¿La persona que realiza una
traducción y envía la correspondiente factura? O aquel traductor profesional
que después de entregar el trabajo le comenta al cliente cómo pueden
arreglar el pago, ya que no es autónomo ni está dado de alta en
actividades económicas, ni nada similar. ¿Crees que queda serio y profesional? Juzgad vosotros mismos.
Consejo: queridos colegas, es mejor hacer todo de
forma legal SIEMPRE. Te evitarás problemas. (Me queda muy poco para la
jubilación y quiero cobrarla... leñe).
2. Tener la certeza de que sus traducciones son perfectas.
Tanto si un traductor ha
sacado una excelente nota en todas las asignaturas de la carrera, como si las
ha aprobado "por los pelos", en ningún caso esto puede garantizar que
las traducciones que realice sean impolutas. Si realmente deseas trabajar como
traductor, indistintamente en una
empresa o desde casa, debes estar dispuesto a recibir críticas sobre tu trabajo.
Obviamente, no existe la perfección en el mundo de la traducción, y llegará el
momento en que deberás reconocerlo. Si un revisor te indica que has de poner tilde
a la palabra “solo” cuando equivale a “solamente”, con toda la amabilidad del
mundo debes recordarle la norma, pero tendrás que aceptar su decisión si es él
quien tiene el poder de tomar la decisión final o la última palabra.
Si te detectan
un error, y efectivamente lo es, debes aceptarlo.
Errare humanum est.
![]() |
Somos humanos y todos cometemos errores. |
3. No escribir de forma adecuada.
En ocasiones se pueden leer en foros y blogs de traducción
comentarios o mensajes de algún traductor novel, opinando sobre algo de una
forma que, para nada, es la esperada de un profesional de la traducción. Veo textos
sin una sola tilde, palabras abreviadas a modo de SMS, falta de signos de
puntuación, etc. Y no me refiero a que exista alguna falta de ortografía, "comerse" alguna letra o alguna tilde incorrecta. Todos cometemos errores de este estilo, y yo más que nadie. En este post seguro que puedes encontrar alguno :-).
Tampoco estoy de acuerdo con las personas que lo primero que hacen, es señalar los errores de otras con ánimo destructivo. Ya verás como hay gente que en los comentarios de esta artículo destacará los errores que yo haya cometido.
Tampoco estoy de acuerdo con las personas que lo primero que hacen, es señalar los errores de otras con ánimo destructivo. Ya verás como hay gente que en los comentarios de esta artículo destacará los errores que yo haya cometido.
Nuestra forma de redactar es una de nuestras cartas de
presentación más importantes. Los traductores que se expresan del modo
anteriormente comentado, no caen en la cuenta de que su imagen se ve
deteriorada. ¿Escriben así a un posible cliente? Es primordial cuidar nuestra
redacción siempre, ya que nunca sabemos quien puede acabar leyéndonos.
Imagínate que llevas tu coche a un taller mecánico a primera hora de la mañana
y ves que el dueño llega en una auténtica "carraca" que se cae a
pedazos y emite todo tipo de ruidos, ¿qué pensarías?
4. Quejarse de que hay mucho intrusismo en el mercado de la traducción.
El intrusismo
laboral se da cuando una persona no cualificada o autorizada para tal fin, realiza
una actividad profesional, pudiendo incluso ser por si mismo un delito.
Existe la creencia dentro del gremio de los traductores que el
intrusismo está muy extendido. Tal vez sea debido a que, como comentaba
anteriormente, creemos que nuestro trabajo es perfecto. Pensamos que en lo
relativo a cuestiones lingüísticas no hay nadie que no pueda "toser".
Que somos un ente superior en el conocimiento del idioma (incluso por encima de
los filólogos), y si aparece una persona que no dispone del título de licenciado
en traducción y se dedica a esta apasionante labor, es criticado sin piedad
alguna. (Nótese cierta ironía y autocrítica en mis palabras).

Pero, ¿tener un título significa ser capaz de realizar buenas traducciones? Este debate existe en todas las carreras. Recuerdo cuando
estudiaba, que había compañeros muy válidos y competentes, y también los
"aprobadores con 5 raspao" que no tenían ninguna motivación por la
profesión. Al acabar, los dos tienen el título, ¿verdad? Un jurista español que lleva ejerciendo 15 años en Londres, aunque no tenga el título de traductor, ¿realizará una buena traducción
jurídica de inglés a español?
5. Traducir de todo y en muchos idiomas.
Cuando están realizando la carrera, algunos estudiantes de
traducción optan por escoger la mayor cantidad posible de asignaturas, creyendo que de éste modo, van a poder acceder a un volumen de trabajo
mayor. Esto en erróneo. He llegado a ver currículos de traductores recién
licenciados y que traducen del alemán, inglés, italiano, checo, francés, ruso, portugués
al español y (naturalmente) viceversa. Obviamente esto "chirría" de
una forma estridente, no va a ser tomado en consideración por muchos. Existen
casos excepcionales, pero lo más habitual es que un traductor tenga una, dos, o
como mucho tres idiomas de partida. Y naturalmente, siempre tenemos que
traducir a nuestra lengua materna.
Cogido de la mano del error que acabo de comentar, está el de
pensar que se puede traducir en todos los campos o especialidades. Pero en este
caso, opino que el culpable es el sistema educativo empleado en las facultades.
Si un estudiante ha realizado y aprobado las asignaturas para
poder realizar traducción técnica, literaria, económica, comercial y jurídica,
es lógico que piense que está realmente capacitado y preparado para afrontar
cualquier traducción de estos sectores.
Mi humilde consejo es especializarse en uno o dos sectores para
que realmente le salga rentable al traductor y pueda ofrecer un trabajo de la
máxima calidad. Si por ejemplo, te gusta realizar traducciones de textos médicos
y te vas especializado y aceptas una traducción técnica sobre
esfuerzos estructurales de un barco, ¿vas a tardar lo mismo y con la
misma calidad que si fuera un texto médico?
6. Tarifas de traducción.
Esto va a
ser un tema delicado. Durante muchos años he visto gran variedad en las tarifas
ofrecidas por traductores noveles. Desde tarifas excesivamente bajas, hasta auténticas
barbaridades.
Uno de los
errores más habituales es preguntar en foros o consultar a los amigos, o simplemente buscar
las tarifas de las agencias de traducción "por Internet" y aplicar el
precio que te digan o veas. Si preguntas a un traductor con 20 años de experiencia,
por norma general, la tarifa que él cobre no la debes aplicar tu. Trato de
explicarme: si yo soy un cliente, y un traductor experimentado y uno novel me
ofrecen la misma tarifa, ¿cuál voy a elegir? Obviamente la experiencia es un
grado en esta profesión. No es apropiado que un traductor de inglés a español,
licenciado hace 6 meses, pida 0,10 Euros por palabra para un texto sencillo. Si
el cliente lo paga, perfecto, mejor para él, pero no creo que vaya a conseguir
muchos clientes de este modo.
En el polo
opuesto, están los traductores que ofrecen tarifas excesivamente bajas,
con la idea de que así conseguirán más clientes. Hasta cierto punto esto es cierto,
pero una tarifa tremendamente baja también puede hacer desconfiar de la
profesionalidad de un traductor. Naturalmente, cada persona tiene su propia
situación personal y sus necesidades económicas inmediatas, y todo es
respetable.
También se
ha de tener en cuenta que las empresas de traducción de España no son
iguales que las de Inglaterra o Alemania, por ejemplo. Piensa que
el poder adquisitivo de estos países son muy diferentes. Lo que en España puede
ser una tarifa elevada, en Estados Unidos puede ser estándar. Así que
puedes ofrecer diferentes tarifas dependiendo de donde se ubique la agencia
de traducción.
Con
todo lo expuesto espero haber aportado mi granito de arena para ayudar a los jóvenes
traductores que empiezan su recorrido en esta maravillosa profesión. He querido
redactarlo con respeto a todos y con una pizca de humor. Si deseas realizar
algún comentario o compartir en las redes sociales, te estaré muy agradecido.
Te deseo mucha suerte en tu singladura y si he cometido algún error, te pido disculpas. Yo cometo errores como el que más.
Este artículo contiene fragmentos y ha sido inspirado en el magnífico artículo de E. Sánchez que puedes ver aquí.
En primer lugar quiero felicitarte por el buen artículo, no conocía tu blog y lo acabo de añadir a mi lista de blogs para seguir.
ResponderEliminarAunque tal vez levante ampollas, creo que es muy interesante. Me he visto identificada en muchos de los puntos que expones. En su día cometí alguno de estos errores y algunos me costaron mucho darme cuenta.
Sin duda el punto 5 es el que más me ha gustado. Como dice el dicho: "Sabedor de todo, maestro de nada". Por cierto, las fotos del chico y la chica son muy buenos.
El tener que afrontar traducciones de diferentes sectores sin duda no ayuda al principio, ya que cuando obtenemos el título puede que no tengamos del todo claro que especialización elegir. Podemos haber estudiado pensando que nos gusta la traducción jurídica y luego descubrir que la traducción médica nos gusta más.
Muchas gracias María. Yo también cometí muchos de estos errores, y alguno me costó más de un disgusto. Por ejemplo, los del punto 5. En principio, especializarse "solo" en uno o dos sectores, nos puede hacer creer que cerramos las puertas a muchas oportunidades de tener trabajo; pero con el tiempo me he dado cuenta que es todo lo contrario.
EliminarMuchas gracias y saludos.
Soy un estudiante de traducción y me queda muy poquito para acabar. Me encontré tu blog por casualidad y quiero darte las gracias por intentar ayudarnos. Creo que al mercado, y más en los tiempos que corren, no nada fácil. Y aprovechar los consejos de traductores con más experiencia es muy útil.
ResponderEliminarYo soy, o mejor dicho, era a partir de ahora, de lo que pensaban que abarcar muchas especialidades para así poder acceder a más trabajos. Pero después de leer tu argumentación, queda claro que no es una buena idea.
La verdad es que estaba bastante confuso en algunos aspectos y después de leerte, me ha quedado mucho más claro. Insisto, muchas gracias por tu ayuda desinteresada. Espero de aquí a muchos años poder ser un traductor experimentado y poder aconsejar y contar mi experiencia a los que vienen por detrás.
Saludos.
Hola, Alejandro. Me alegro que te haya servido de ayuda. Simplemente trato de escribir mis experiencias y si le puede servir a alguien... perfecto. No pretendo nada más :-)
EliminarMuchas gracias por tu comentario y espero que tengas mucha suerte y mucho éxito.
Muy buen artículo sobre varios puntos que son importantes tanto para los que empiezan como los que llevan algunos añitos. En cuanto a lo de las críticas en las redes sociales a los que escriben mal que se plasman en un mensaje igualmente lleno de faltas es tan habitual que me permito pedir perdón de antemano por las que pueda haber dejado escapar.
ResponderEliminarYo quería matizar una cosa sobre las tarifas de los traductores noveles que alguien nos aconsejó en su día en la Universidad y se me quedó grabada. Si bien es cierto que cobrar 0,10 puede ser difícil para los novatos, sí que hay una opción que me parece perfectamente válida y que ayuda a dignificar las tarifas de los profesionales: pedir una tarifa alta para dedicar parte del dinero a que otro traductor con experiencia revise tus traducciones antes de entregarlas. Con eso el novato aprende, trabajan dos y el cliente sale beneficiado. De rebote, un cliente satisfecho que volverá a solicitar tus servicios y un traductor más en el buen camino hacia la inalcanzable perfección. ;)
Muchas gracias Elisa. Estoy absolutamente de acuerdo contigo en cuanto a los comentarios en las redes sociales. Todos cometemos errores, y como digo en el post, yo más que nadie.
EliminarEn cuanto a la segunda parte, me parece una opción muy válida el que un traductor más experimentado, revise la traducción. Sin duda alguna aporta un valor añadido al trabajo. Y tal como indicas, el traductor novel puede ir adquiriendo "horas de vuelo". El único inconveniente que veo, es que, debemos ser sinceros con el cliente y explicar al cliente que proceso seguiremos. Es decir, que realizaremos la traducción y la revisará otro traductor, al estilo de una agencia de traducción.
Muchas gracias por expresar tu opinión Elisa
Sí, en eso tienes razón, porque debemos respetar la confidencialidad del cliente en todo caso. Pero seguro que al cliente tampoco le parecerá mal si el precio es el acordado. ;) Un saludo.
ResponderEliminarExcato, totalmente de acuero. Fíjate en la entrada que publiqué en octubre "Tarifas de traducción y consejos para traductores novatos" donde escribía:
Eliminar"Que un traductor profesional veterano revise tu traducción.
Algunos de los que no son partidarios de ofrecer tarifas "bajas" defienden que una opción para los traductores novatos sería solicitar una tarifa igual que sus colegas más experimentados, y destinar una parte de esa tarifa para que un traductor o revisor con experiencia revise la traducción realizada antes de enviarlo al cliente final. "
Solamente quusiera felicitarle por el artículo y desearle un buen día a todos los participantes.
ResponderEliminar¡¡¡Muchas gracias!!!
EliminarSimplemente intento, humildemente, ayudar a los nuevos. Todos hemos pasado por esa etapa y realmente es duro.
¡Hola!
EliminarQuería darte las gracias por aclarar temas como el intrusismo y las titulaciones. Yo estudié filología pero, más tarde, pude tomar contacto con la traducción y ahora me apasiona. Incluso después de formarme en traducción y haber trabajado como traductora, continuaba escuchando críticas y comentarios muy desagradables por parte de traductores que, supuestamente, eran mucho mejores que yo, simplemente porque ellos habían hecho la carrera traducción y yo la de filología (y, todo esto, sin haber visto jamás una de mis traducciones).
No sé si determinados traductores tienen tal fobia a la palabra "filólogo" que cuando la escuchan sólo les salen burradas por la boca, o es que realmente nos ven como verdadera "competencia". Yo, desde luego, estoy estudiando mi segundo máster en traducción y no solo no me arrepiento de haber estudiado filología, sino que me alegro (porque me gustó y porque me está sirviendo de gran ayuda).
Dicho esto, gracias de nuevo por tu postura. La verdad es que da gusto ver que no todos los traductores (con la carrera de traducción) son tan cerrados de mente y nos consideran compañeros de profesión (que, al fin y al cabo, es lo que somos).
Un saludo.
De acuerdo completamente con este anónimo. Yo igual hice filología, pero me encanta más la traducción. Por razones X de la vida no acabé en TEI, es algo que siempre he querido hacer. Será la espinita clavada que no sé si algún día podré sacarme.
EliminarFilología y traducción se complementan, o deberían complementarse y ambos profesionales deberían trabajar mutuamente, no estar condenados a no entenderse. Es una guerra ridícula.
Soy un estudiante del último curso del grado en Traducción y la verdad es que todo lo que veo a mi alrededor son compañeros muy poco humildes que piensan salir y comerse con patatas a todos los filólogos que se dedican a la traducción. Creo que quien estudie nuestra carrera debe ser consciente de que cinco años no te convierten en traductor y de que debemos defender nuestro trabajo con otras virtudes que no sean un título. Es muy importante la presencia de la traducción en el ámbito académico para su evolución y perfeccionamiento como ciencia; para la práctica hay que estar años y años delante de un ordenador. La traducción se defiende traduciendo.
ResponderEliminarSi los traductores están que trinan con los filólogos que ejercen como traductores, los filólogos haríamos lo propio con los traductores que imparten docencia de idiomas (Y quien piense que los filólogos valemos para nada más que dar clase se equivoca). La filología está antes que la traducción (en España los estudios de TEI son posteriores a los planes de estudio de las Filologías), así que ya traducían los filólogos cuando no se estilaba ser licenciado en Traducción e Interpretación, no digamos los másteres de especialización.
Eliminar¿Dónde está el intrusismo entonces? Es muy fácil atacar al "supuesto" enemigo y subirse a la parra. Con lo bonito que es que ambos trabajen juntos...
Tienes toda la razón, Alejandra. Además de que hay muchos licenciados en traduccion que luego se dedican a la enseñanza, es un poco tonto pensar que por ser filólogo tienes que dedicarte explusivamente a la enseñanza. Realmente creo que esto es porque la enseñanza es un trabajo más estable que la traducción, y por eso la mayoría de gente que sale de filología acaba de profesor, pero lo cierto es que en la carrera de filología hay exactamente tres asignaturas optativas relativas a la enseñanza, exactamente las mismas optativas que hay sobre traducción. Creo que filología es una carrera muy general, que necesita luego una especialización con máster, y tú decides por qué via ir. Y bueno, si un filólogo es un intruso en el trabajo de la traducción, no sé que pensarán de aquellos que hacen carreras que no tienen nada que ver con las lenguas (por ejemplo, medicina o derecho), luego se especializan en traducción con un máster, y se dedican a traducir en su campo de estudio. Los que hayan hecho la carrera de traducción los verán como intrusos, pero lo cierto es que son mucho más valorados por las empresas. En definitiva, no quiero quitarle mérito a la carrera de traducción, lo suyo es estudiarla si te vas a dedicar a ello, pero la realidad es que no es imprescindible estudiar esta carrera para dedicarte a ello, también hay otras vías.
Eliminar¡Buen artículo!
ResponderEliminarSoy filóloga romanista y traductora desde hace más de diez años y me he sentido algo identificada con lo del intrusismo laboral. En España son carreras diferentes pero en mi país, Portugal, se trata de la misma. Yo me especialicé en lengua, literatura y traducción, a lo mejor mis asignaturas de traducción no eran tan específicas como lo puedan ser las que hay en vuestra carrera, pero lo cierto es que eso de que me digan que un filólogo no conoce bien un idioma, no lo llevo del todo bien :)
Un saludo
Hola! que gusto leer tu articulo, tengo muchos tiempo en el campo del idioma japones, y he incursionado en la traducción del idioma, tal vez encaje en uno de tus apartados, mi profesión es arquitecto, y he trabajado como interprete, actualmente me dedico a la enseñanza, me gustaría aplicar para los exámenes de traductores, saludos!
ResponderEliminarHola. Yo soy filóloga, especialidad inglesa, y soy de las que creen que los filólogos tenemos un conocimiento más amplio que los traductores. No quiero decir que éstos estén en inferioridad de condiciones a los filólogos, pero ambos se complementan. Los filólogos por supuesto también somos competentes en traducción, tanto o más. De hecho, ¿quiénes traducían antes de que llegase la carrera de Traducción e Interpretación? Y no por ello se considera intrusismo. Además, licenciarse en TEI no es garantía de que se sea un buen traductor y/o intérprete. Se requiere trabajo, constancia y más estudio a posteriori. Es como el carné de conducir. La autoescuela te enseña a manejar un coche, pero a conducir se aprende conduciendo. De la facultad se sale sabiendo cómo traducir, pero se aprende a traducir traduciendo.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de realizar traducciones sin estar dado de alta como autónomo: ¿la traducción voluntaria entraría dentro de este punto? Yo la practico y me hago llamar "traductora en ciernes", no profesional (aunque con deseos de haberlo sido). Y soy filóloga, repito.
¿Hay algo malo en todo lo que he dicho? Agradecería tu opinión.
Gracias.
Muchas gracias, tu artículo me ayudó muchísimo para entender como es el ambiente laboral de los traductores ya que estoy estudiando y quiero aprovechar todo lo que encuentre respecto a este tema para informarme. Estoy en tercer año de la carrera de Traductor Público y necesito que me "rellenen" de toda su sabiduría para no estar tan asustada luego.
ResponderEliminarGracias por este artículo! :) Lo resumiste todo muy bien, sobre todo lo de ser perfeccionista. Es verdad que una traducción no puede ser perfecta y que aunque hagamos lo mejor posible siempre habrá maneras de mejorar y gente para dejar comentarios desagradables ^^.
ResponderEliminarSimplemente añadiría que el manejo de los idiomas es muy subjetivo. Conozco gente que maneja muy bien un idioma pero cuando se les preguntas, dicen que "saben algo" porque justamente son perfeccionistas y están conscientes de que es casi imposible ser bilingüe. Mientras otros apenas saben decir 4 frases y se dicen poliglotos... Todo el mundo sabe algo de idiomas pero pocos diferencian hablar y traducir, por eso es difícil hacer su hueco y sobre todo diferenciar los traductores (diplomados o no) de los oportunistas.
Hay muchas cosas ciertas en este artículo. Pero hay algo en lo que no estoy de acuerdo y es en el tema de los honorarios profesionales (deberíamos ir dejando de hablar de tarifas) y los traductores noveles.
ResponderEliminarEn los muchos años que llevo en este sector he visto recién egresados de la Universidad que realizaban traducciones intachables y traductores con muchísimos años de currículo que realizaban unas traducciones infumables. Y también a la inversa.
Para un servidor no se trata de traductor novel o de traductor experimentado, sino de buen o mal traductor. Así que los honorarios deberían referirse la calidad del trabajo y no de los años que uno lleve haciendo traducciones.