Los traductores alguna vez nos hemos encontrado ante una propuesta de traducción de un cliente o empresa de traducción y tenemos que decirle que no podemos hacernos cargo y quedar bien. ¿Cómo lo hacemos?
A todos los traductores,
más temprano que tarde, nos acaba pasando que uno de nuestros clientes, particular
o agencia de traducción, nos brinda la realización de una traducción que no vamos
a podemos hacer. Pude ser un encargo cuyo plazo no vamos a poder satisfacer por
estar involucrados en otro proyecto de traducción, o de una especialidad que no
dominamos al 100%, o que no nos encontramos cómodos o de una combinación lingüística
que no realizamos. Entre las más habituales entran el inglés, francés, alemán,
italiano o portugués.
En cualquiera de estos
casos, estamos ante la incertidumbre de como actuar para no quedar mal con el
cliente. Naturalmente, siempre tenemos la posibilidad de declinar el encargo
sin más y dejar al cliente a su suerte. Pero si le damos una solución al
problema, no solo quedaremos divinamente, sino que tendremos a al cliente
encantado con nosotros para futuros trabajos de traducción. Tenemos varias opciones posibles: