De qué forma nos perciben a los traductores.

¿Te has planteado aunque sea una sola vez de qué manera somos vistos los traductores? Indudablemente estamos aventurados a una estrecho nexo amor-odio. ¿De qué manera admitir la contradicción de que este planeta tan globalizado demanda cada día más nuestros servicios pero al mismo tiempo nos menosprecia hasta confines humillantes? Estos son los planteamientos que me he estado realizando estos últimos años, desde el momento en he tenido contacto con la incultura, en ocasiones cruel, de ciertas personas. La imagen del traductor autónomo que la mayoría de los mortales tiene es un elemento válido para comprender la circunstancia de nuestra profesión.

De que forma nos perciben a los traductores


Cualquier persona que haya irrumpido un poco en el ámbito de la traducción profesional va a poder hallar la carencia de conocimiento y de sentimientos que prevalece para con los traductores. Alguno de nosotros hemos debido resistir con consternación y también enfado afirmaciones relacionadas sobre nuestros precios desorbitados fregando al timo o bien las desconfianzas sobre nuestra pericia profesional. Si hubiese una estadística al respecto ofrecería un resultado lindante al cien por cien de traductores que en algún instante se han topado con este tipo de situaciones.

Sin procurar penetrar mucho esta cuestión, hay algo que sinceramente pesa como una losa en el menester diario de un traductor: el intrusismo desvergonzado. ¿Por qué razón cualquier persona con un pequeñísimo talento filológico se profesa apto para realizar una traducción? Mas, lo peor está por llegar… ¿Por qué razón prosiguen empleando a estos inexpertos que embaucan con irreverencia en todas y cada una de las traducciones que hacen? Los alegatos de los empresarios en el momento de contratar esta clase de servicios atienden a temas concernientes con la mal aplicada economía del ahorro. Con esta clase de acciones, la imagen del traductor profesional queda cuestionada.

como son los traductores

Con esas prácticas anticompetitivas, el mercado se rasga, se desautoriza y entra en una imparable espiral de competición próxima al canibalismo profesional. En un mercado tan difícil es muy engorroso rivalizar en condiciones de igualdad con aspirantes que están decididos a cobrar dos céntimos por palabra. Los complejos que aguantamos deben sobrellevar , lo primero, con una regulación a nivel universal que deje crear una competencia razonable. Eso sí, el salto más amplio en esta propensión autodestructiva debe provocarse en el seno de todos los traductores profesionales.

¿Por qué causa en las facultades no se dan lecciones sobre la moralidad en la traducción profesional? Tal vez eso facilitaría conocer que el indudable cambio se inicia por uno mismo y no estamos en predisposición de demandar cuando bastantes de nosotros no acatamos los prerrequisitos éticos estipulados. No hice Traducción e Interpretación especulando lo simple que sería mi vida tras licenciarme. Conocía que no iba a ser de este modo. Estudié esta licenciatura por el hecho de que afirmo que todo traductor que se aprecie no solo ha de atesorar gusto por las lenguas sino también por el espacio que le circunda.


imagen traductores profesionales

Al fin y a la postre, el traductor no tiene albedríos únicamente lingüísticos sino ejerce como oyente excepcional de todo cuanto pasa a su alrededor. Simulamos ser como los conductos comunicantes que alcanzar llevar el alma de un texto entre las distintas sociedades. ¿Existe algo más gratificante?

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